Suelo pélvico: tu vejiga no es un camión cisterna

El suelo pélvico es un grupo de músculos y tejidos que se encuentran en la base de la pelvis y son importantes para el control de la vejiga y el intestino, así como para el soporte de los órganos pélvicos. 

Sin embargo, estos músculos a menudo se pasan por alto en el cuidado de la salud y pueden debilitarse con el tiempo, lo que puede llevar a problemas de incontinencia urinaria y fecal, dolor pélvico y disfunción sexual. A continuación, se presentan algunos consejos útiles para mantener el suelo pélvico en buena forma.

Ejercicios para el suelo pélvico

Los ejercicios de Kegel son una forma efectiva de fortalecer los músculos del suelo pélvico. Para realizarlos, contrae los músculos del suelo pélvico como si estuvieras tratando de detener el flujo de orina. Mantén la contracción durante unos segundos y luego relaja. Haz esto varias veces al día, intentando aumentar gradualmente el tiempo que mantienes la contracción.

También es importante fortalecer los músculos abdominales. Los músculos abdominales fuertes pueden ayudar a apoyar los músculos del suelo pélvico. Trata de hacer ejercicios abdominales regularmente, como los abdominales básicos o las planchas.

Buenos hábitos

Nuestro modo de vida, nuestras comidas y nuestros hábitos condicionan el estado de nuestro suelo pélvico. Os dejamos algunas cosas a evitar para que este sufra lo menos posible.

La mala alimentación y, por tanto, el estreñimiento crónico puede ejercer presión sobre los músculos del suelo pélvico y debilitarlos con el tiempo. Para evitar el estreñimiento, asegúrate de beber suficiente agua, consumir suficiente fibra y hacer ejercicio regularmente. Si es necesario, habla con tu médico sobre tomar algún complemento alimenticio que te ayude a regular el tránsito.

Una mala postura afecta a todos nuestros músculos, pero en este caso la mala postura puede poner presión en los músculos del suelo pélvico, así que trata de mantener una buena postura en todo momento. Mantén los hombros hacia atrás y el abdomen hacia adentro. También trata de evitar estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo, en largas jornadas de trabajo, ponte de pie una vez cada hora.

Es importante ir al baño únicamente cuando tengamos necesidad. Forzar la orina puede ejercer presión sobre los músculos del suelo pélvico, así que trata de relajarte y dejar que la orina fluya naturalmente. Si tienes problemas para orinar, habla con tu médico.

Nuestra forma física también influye. El exceso de peso puede ejercer presión sobre los músculos del suelo pélvico, así que trata de mantener un peso saludable. Si necesitas ayuda para perder peso, habla con tu médico o un dietista.

Los malos hábitos, como el tabaquismo, pueden debilitar los músculos del suelo pélvico y aumentar el riesgo de incontinencia urinaria. Si fumas, habla con tu médico sobre cómo dejar de fumar.

Fisioterapia para el suelo pélvico

Si tienes problemas de incontinencia urinaria o dolor pélvico, la fisioterapia puede ser útil. Un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico puede enseñarte ejercicios específicos para fortalecer los músculos del suelo pélvico y mejorar la función. Cuidar el suelo pélvico es cuidar toda nuestra salud.